viernes, 10 de abril de 2009

Acerca de los Desafíos



Texto de Ana M. Fernández Vuono


Si usted está a punto de ingresar en el fantástico mundo de los desafíos, no desista antes de intentarlo. ¡Vale la pena!

Lea con atención estas reflexiones y dése una oportunidad.

¿Qué le parece este pensamiento?: “Lo difícil no existe; lo imposible, me va a llevar un poco más de tiempo”. O este otro: “Todos mis sueños son realizables mientras la vida no me demuestre lo contrario”.

Esto tiene la finalidad de poner en marcha su fe y su optimismo, pues la energía sigue al pensamiento.

Ahora conéctese con su deseo…

¿Ya lo hizo?

Piense que afrontar un desafío habrá de ponerlo en contacto con todo aquello que se encuentra latente y dispuesto a ser activado en usted. ¡ No se pierda la maravillosa ocasión de descubrirse ! ¡ Vamos, no arrugue !

¿Qué me dice del entusiasmo y la voluntad que podrían despertar en su interior?

Procure ahora dar otro paso: establezca con precisión la primera meta y vea cómo se siente al avanzar.

Redoble esfuerzos. Corra riesgos. No se deje capturar por la desesperanza. ¡ Otros lo han logrado antes que usted ! Si llegó a esta etapa, ya no querrá volverse atrás.

No escuche a nadie: sólo a su intuición. La gente que no ha vivido esta experiencia no va a comprenderlo. Busque a sus pares: ellos sabrán apoyarlo en los momentos de silencio y oscuridad. A veces el horizonte se desdibuja de tanto que se aleja.

Ah, tenga cuidado con la envidia de los que no se atreven. No van a perdonarle la osadía de haberlo intentado.

La experiencia presentará dificultades, obstáculos e impedimentos que generarán demoras aleccionadoras. Conserve la serenidad para mantenerse receptivo y trabaje en el desarrollo de las cualidades de observación, asimilación y síntesis. Convierta el conocimiento en sabiduría mediante la acción.

Piense que, en un futuro podría encontrar alguna persona que desee zambullirse en esta aventura y usted podría ser su compañero de viaje. Nunca se sabe…

Y si acaso no alcanzara lo que busca, no importa: ¿no es más relevante el proceso que el resultado? Piense en el placer de haber llevado a la práctica sus mejores habilidades y de haber parido nuevos recursos internos. Este es su auténtico patrimonio, del cual nadie podrá despojarlo.

Haga la prueba: Atrévase a caminar sobre el fuego.
¿Se anima?