sábado, 5 de abril de 2008

Acerca de la madurez



Texto de Ana M. Fernández Vuono


Somos gestados. Nacemos. Florecemos. Atravesamos crisis en las que el fuego purificador nos devora y perdemos partes del ego. Al cambiar la visión, renacemos y nos redimensionamos.


Inexorable proceso de tallado y refinamiento del ser humano…

La madurez es un momento en el que la cosecha somos nosotros.

La mismidad empuja desde adentro: morimos como clones de la especie y nos parimos en nuestras diferencias, ésas que nos declaran únicos.
Momento de entrega e innovación… No podemos seguir viviendo sólo para nuestros intereses. Esto volvería irrelevante nuestra existencia.

Se impone saldar las deudas con la vida.

Hay tareas específicas a realizar. El cultivo de la impersonalidad completará la educación del ego: cuando dejamos de ser el centro, nos centramos. La sabiduría que hayamos alcanzado tendrá que ser legada y el desapego nos dará las instrucciones para continuar hasta que sea hora de partir.

En la etapa de integración de todos nuestros recursos que es la madurez, descubrimos que somos responsables cuando nos damos el placer de poner en práctica nuestros mejores talentos.
Recién entonces comprendemos qué significa hacernos cargo. Recién entonces empezamos a vivir.

*************